Allercen, Autor en Consulta Alergia Barcelona

Diagnóstico y Tratamiento Enfermedades Alérgicas
https://www.criarconsentidocomun.com/dia-mundial-de-la-dermatitis-atopica/

Hoy 14 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Dermatitis Atópicauna enfermedad de la piel que aparece principalmente en bebés y niños. Su picor intenso puede afectar en el día a día de los que la padecen, llegando incluso a tener consecuencias psicológicas. Por ello, es fundamental concienciar a la sociedad y seguir trabajando para que sea conocida por el máximo número de personas. 

¿Qué es la dermatitis atópica?

La dermatitis atópica es una enfermedad crónica de la piel que se caracteriza por un picor intenso conocido como prurito, al que se suma la descamación de la piel y lesiones rojizas. Suele cursar por brotes: durante el mismo, la piel está inflamada y necesita tratamiento; y entre brote y brote, la piel puede llegar a estar tan seca que pica.

Este picor llega a ser tan intenso que es difícil evitar que el niño (o el adulto) se rasque, lo que lleva de nuevo a la inflamación, además de poder provocar infecciones o producir heridas derivadas de ese rascado y un progresivo empeoramiento de la piel

La dermatitis atópica no tiene cura y, lo que es peor, afecta de forma muy significativa a la calidad de vida de sus pacientes y, en el caso de los niños, de las familias. Al picor, se suma el hinchazón y enrojecimiento de la piel que da lugar a una piel agrietada y gruesa.Además, los enfermos tienen más probabilidad de tener asociadas otras patologías como asma, alergias, conjuntivitis alérgicas, pólipos nasales y rinosinusitis. En ocasiones se da el caso de que un enfermo con dermatitis atópica tenga un familiar con alguna de estas patologías. 

 Y todo ello, lleva en muchas ocasiones a efectos psicológicos en el 50% de las personas que sufren la enfermedad. Entre ellos, se encuentran las alteraciones del sueño, ansiedad, depresión o aislamiento

Según la Guía para pacientes con dermatitis atópica de la Academia Española de Dermatología y Venereología, la dermatitis atópica afecta a entre un 5 y un 20% de la población general, lo que supone una de las primeras 10 causas de consulta en dermatología.

Predomina especialmente en niños y adolescentes, donde la prevalencia se sitúa en torno al 15-20%. El 60% de todos los casos diagnosticados se da en el primer año de vida y el 85% en los primeros cinco años. Y aunque la mayoría suele superar la enfermedad en la infancia o primera adolescencia, alrededor del 25% sigue teniendo eccema en la edad adulta o sufren una recaída de los síntomas después de pasar años sin ellos.  

La realidad es que la dermatitis atópica suele hacer su aparición a muy temprana edad, con una evolución variable, aunque es cierto que a menudo tiende a mejorar. Esta realidad, conlleva una nueva consecuencia: el gran absentismo escolar de estos niños. De hecho, según el informe Alergológica 2015 de la SEAIC, los pequeños afectados por dermatitis atópica faltan a clase entre 10 y 24 días al año. 

Cuidados especiales de los peques afectados por dermatitis atópica

La clave para prevenir en la medida de lo posible los brotes de dermatitis atópica es que la piel no pique. Los eccemas pueden desencadenarse por el frío, los cambios bruscos de temperatura, el polvo, detergentes agresivos o por utilizar tejidos sintéticos.

Además, diferentes estudios apuntan a que, posiblemente, tengan relación diferentes factores de nuestro estilo de vida. Entre ellos, factores ambientales (contaminación, clima); exposición a antibióticos de amplio espectro y reducida diversidad en la flora intestinal bacteriana. 

Sin embargo, es cierto que en ocasiones aparecen sin una causa aparente, por lo que es complicado evitar el brote. Por ello, si nuestro peque sufre esta enfermedad, podemos (y debemos) poner en práctica una serie de cuidados especiales para aliviar el picor.

Hidratación de la piel afectada por dermatitis atópica

Es importante mantener la piel bien hidratada con una crema rica en grasas, sin alcohol, perfumes o elementos irritantes. Es cierto que su textura suele ser más desagradable, pero si optamos por otro tipo de cremas con una alta proporción de agua (más ligeras y fáciles de extender) puede aumentar la sequedad de la piel al evaporarse antes el agua. 

Lo ideal es aplicar la crema dos veces al día después del baño, aunque habrá niños que necesitarán más. La clave es observar la piel y comprobar si está bien hidratada o no. Además de las cremas, los vendajes húmedos han demostrado eficacia en algunas ocasiones, según la Academia Española de Dermatología y Venereología.

Sin embargo, cuando el niño tiene un brote, se deben usar cremas específicas para el tratamiento y no cremas hidratantes sin más. 

Cremas antiinflamatorias

Para tratar la dermatitis atópica se usan cremas antiinflamatorias con corticoides u otras sustancias llamadas inmunomoduladores. Deben estar pautadas siempre por el pediatra o el dermatólogo y es fundamental poner la crema recetada de forma correcta, siguiendo las indicaciones de forma exacta

Evita el calor y los ambientes secos

Trata de huir del calor intenso y las temperaturas muy altas, así como del ambiente excesivamente seco, ya sea por aire acondicionado en verano o por calefacción en invierno. El calor es dañino ya que no es bien tolerado por los pacientes, provocando una mayor sudoración, cambios en el pH del sudor, mayor alcalinidad y, por tanto, crecimiento bacteriano.  Hay que evitar también la sudoración excesiva.

Control del estrés

El estado emocional influye en el desarrollo de la dermatitis atópica. Así, en situaciones de mayor estrés, es más probable que aparezca un brote. Por ello, es clave controlar y reducir al máximo estas situaciones a los más pequeños. Es cierto que no es fácil al desarrollarse «en cadena» (pica, nos enfadamos, nos rascamos, creamos nuevas heridas e infecciones, pica más), pero es importante ayudar al niño a mantener la calma. 

¿Baño sí o no?

Aunque durante mucho tiempo ha habido gran controversia sobre la conveniencia o no del baño diario, cada vez más expertos abogan por su recomendación. Así, la Academia Española de Dermatología y Venereología y un estudio publicado en la revista Annals of Allergy, Asthma and Immunology aseguran que el baño diario no es malo para el pequeño al ayudar a reducir la aspereza y el prurito, siempre que después se hidrate la piel muy bien.

Es importante que el baño no dure más de 10 minutos, con agua templada y productos específicos para dermatitis atópica. Al terminar, hay que secar la piel con pequeños toques sin frotar y dejándola un poco húmeda para aplicar de inmediato la crema hidratante.

Ropa de algodón

Hay que huir de tejidos sintéticos o ropa gruesa o de lana y apostar por ropa de algodón o lino transpirable para los peques. También hay que renunciar a prendas apretadas que dificulten la circulación, así como las gomas de la ropa. No solo con las prendas de vestir, también con ropa de cama y, en general, cualquier ropa que esté en contacto con la piel (también la de los familiares que están en contacto con el pequeño). La ropa hay que lavarla con jabón no detergente o detergente suave, y sin suavizante.  

Exposición al sol

La radiación UV puede disminuir la gravedad de los síntomas en algunos pacientes con dermatitis atópica, aunque la exposición solar no se recomienda si existen lesiones faciales (cara roja atópica), ya que en este caso la luz ultravioleta (principalmente UVB) actúa como factor agravante y desencadenante.

 Un estudio publicado por la revista Pediatric Allergy and Immunology (The influence of sun exposure in childhood and adolescence on atopic disease at adolescence) analiza la presencia de dermatitis atópica, rinitis por polen de gramíneas y asma en 373 niños australianos menores de 16 años, valorando la exposición al sol por el número de horas pasadas al aire libre en las vacaciones y en los fines de semana de verano.

El informe concluye que la mayoría de niños con eccema mejoran con la exposición al sol en verano. A largo plazo, los niños que están más expuestos al sol también presentan unas tasas menores de eccema y de rinitis alérgica.

La luz solar hace que la piel genere vitamina D, así que los autores del estudio valoran si esta vitamina podría ser la razón de tener menos eccema. Sin embargo, los niveles sanguíneos de vitamina D no eran diferentes entre los distintos grupos de niños por lo que los resultados, en este sentido, no fueron concluyentes.

Uñas cortas

Trata de mantener las uñas de tu pequeño siempre cortas. Así, evitarás que se haga heridas cuando se rasque, provocando nuevas infecciones y una mayor inflamación de la piel. Puedes cortar las uñas de tu recién nacido desde el primer día de vida, pero no se las limes, ya que son tan débiles que podrías quebrarlas y lastimar sus deditos.

Martin Bozzola

Pediatrics

Pediatric Allergy & Immunology

mbozzola@gmail.com

https://www.criarconsentidocomun.com/dia-mundial-de-la-dermatitis-atopica/

Hoy 14 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Dermatitis Atópicauna enfermedad de la piel que aparece principalmente en bebés y niños. Su picor intenso puede afectar en el día a día de los que la padecen, llegando incluso a tener consecuencias psicológicas. Por ello, es fundamental concienciar a la sociedad y seguir trabajando para que sea conocida por el máximo número de personas. 

¿Qué es la dermatitis atópica?

La dermatitis atópica es una enfermedad crónica de la piel que se caracteriza por un picor intenso conocido como prurito, al que se suma la descamación de la piel y lesiones rojizas. Suele cursar por brotes: durante el mismo, la piel está inflamada y necesita tratamiento; y entre brote y brote, la piel puede llegar a estar tan seca que pica.

Este picor llega a ser tan intenso que es difícil evitar que el niño (o el adulto) se rasque, lo que lleva de nuevo a la inflamación, además de poder provocar infecciones o producir heridas derivadas de ese rascado y un progresivo empeoramiento de la piel

La dermatitis atópica no tiene cura y, lo que es peor, afecta de forma muy significativa a la calidad de vida de sus pacientes y, en el caso de los niños, de las familias. Al picor, se suma el hinchazón y enrojecimiento de la piel que da lugar a una piel agrietada y gruesa.Además, los enfermos tienen más probabilidad de tener asociadas otras patologías como asma, alergias, conjuntivitis alérgicas, pólipos nasales y rinosinusitis. En ocasiones se da el caso de que un enfermo con dermatitis atópica tenga un familiar con alguna de estas patologías. 

 Y todo ello, lleva en muchas ocasiones a efectos psicológicos en el 50% de las personas que sufren la enfermedad. Entre ellos, se encuentran las alteraciones del sueño, ansiedad, depresión o aislamiento

Según la Guía para pacientes con dermatitis atópica de la Academia Española de Dermatología y Venereología, la dermatitis atópica afecta a entre un 5 y un 20% de la población general, lo que supone una de las primeras 10 causas de consulta en dermatología.

Predomina especialmente en niños y adolescentes, donde la prevalencia se sitúa en torno al 15-20%. El 60% de todos los casos diagnosticados se da en el primer año de vida y el 85% en los primeros cinco años. Y aunque la mayoría suele superar la enfermedad en la infancia o primera adolescencia, alrededor del 25% sigue teniendo eccema en la edad adulta o sufren una recaída de los síntomas después de pasar años sin ellos.  

La realidad es que la dermatitis atópica suele hacer su aparición a muy temprana edad, con una evolución variable, aunque es cierto que a menudo tiende a mejorar. Esta realidad, conlleva una nueva consecuencia: el gran absentismo escolar de estos niños. De hecho, según el informe Alergológica 2015 de la SEAIC, los pequeños afectados por dermatitis atópica faltan a clase entre 10 y 24 días al año. 

Cuidados especiales de los peques afectados por dermatitis atópica

La clave para prevenir en la medida de lo posible los brotes de dermatitis atópica es que la piel no pique. Los eccemas pueden desencadenarse por el frío, los cambios bruscos de temperatura, el polvo, detergentes agresivos o por utilizar tejidos sintéticos.

Además, diferentes estudios apuntan a que, posiblemente, tengan relación diferentes factores de nuestro estilo de vida. Entre ellos, factores ambientales (contaminación, clima); exposición a antibióticos de amplio espectro y reducida diversidad en la flora intestinal bacteriana. 

Sin embargo, es cierto que en ocasiones aparecen sin una causa aparente, por lo que es complicado evitar el brote. Por ello, si nuestro peque sufre esta enfermedad, podemos (y debemos) poner en práctica una serie de cuidados especiales para aliviar el picor.

Hidratación de la piel afectada por dermatitis atópica

Es importante mantener la piel bien hidratada con una crema rica en grasas, sin alcohol, perfumes o elementos irritantes. Es cierto que su textura suele ser más desagradable, pero si optamos por otro tipo de cremas con una alta proporción de agua (más ligeras y fáciles de extender) puede aumentar la sequedad de la piel al evaporarse antes el agua. 

Lo ideal es aplicar la crema dos veces al día después del baño, aunque habrá niños que necesitarán más. La clave es observar la piel y comprobar si está bien hidratada o no. Además de las cremas, los vendajes húmedos han demostrado eficacia en algunas ocasiones, según la Academia Española de Dermatología y Venereología.

Sin embargo, cuando el niño tiene un brote, se deben usar cremas específicas para el tratamiento y no cremas hidratantes sin más. 

Cremas antiinflamatorias

Para tratar la dermatitis atópica se usan cremas antiinflamatorias con corticoides u otras sustancias llamadas inmunomoduladores. Deben estar pautadas siempre por el pediatra o el dermatólogo y es fundamental poner la crema recetada de forma correcta, siguiendo las indicaciones de forma exacta

Evita el calor y los ambientes secos

Trata de huir del calor intenso y las temperaturas muy altas, así como del ambiente excesivamente seco, ya sea por aire acondicionado en verano o por calefacción en invierno. El calor es dañino ya que no es bien tolerado por los pacientes, provocando una mayor sudoración, cambios en el pH del sudor, mayor alcalinidad y, por tanto, crecimiento bacteriano.  Hay que evitar también la sudoración excesiva.

Control del estrés

El estado emocional influye en el desarrollo de la dermatitis atópica. Así, en situaciones de mayor estrés, es más probable que aparezca un brote. Por ello, es clave controlar y reducir al máximo estas situaciones a los más pequeños. Es cierto que no es fácil al desarrollarse «en cadena» (pica, nos enfadamos, nos rascamos, creamos nuevas heridas e infecciones, pica más), pero es importante ayudar al niño a mantener la calma. 

¿Baño sí o no?

Aunque durante mucho tiempo ha habido gran controversia sobre la conveniencia o no del baño diario, cada vez más expertos abogan por su recomendación. Así, la Academia Española de Dermatología y Venereología y un estudio publicado en la revista Annals of Allergy, Asthma and Immunology aseguran que el baño diario no es malo para el pequeño al ayudar a reducir la aspereza y el prurito, siempre que después se hidrate la piel muy bien.

Es importante que el baño no dure más de 10 minutos, con agua templada y productos específicos para dermatitis atópica. Al terminar, hay que secar la piel con pequeños toques sin frotar y dejándola un poco húmeda para aplicar de inmediato la crema hidratante.

Ropa de algodón

Hay que huir de tejidos sintéticos o ropa gruesa o de lana y apostar por ropa de algodón o lino transpirable para los peques. También hay que renunciar a prendas apretadas que dificulten la circulación, así como las gomas de la ropa. No solo con las prendas de vestir, también con ropa de cama y, en general, cualquier ropa que esté en contacto con la piel (también la de los familiares que están en contacto con el pequeño). La ropa hay que lavarla con jabón no detergente o detergente suave, y sin suavizante.  

Exposición al sol

La radiación UV puede disminuir la gravedad de los síntomas en algunos pacientes con dermatitis atópica, aunque la exposición solar no se recomienda si existen lesiones faciales (cara roja atópica), ya que en este caso la luz ultravioleta (principalmente UVB) actúa como factor agravante y desencadenante.

 Un estudio publicado por la revista Pediatric Allergy and Immunology (The influence of sun exposure in childhood and adolescence on atopic disease at adolescence) analiza la presencia de dermatitis atópica, rinitis por polen de gramíneas y asma en 373 niños australianos menores de 16 años, valorando la exposición al sol por el número de horas pasadas al aire libre en las vacaciones y en los fines de semana de verano.

El informe concluye que la mayoría de niños con eccema mejoran con la exposición al sol en verano. A largo plazo, los niños que están más expuestos al sol también presentan unas tasas menores de eccema y de rinitis alérgica.

La luz solar hace que la piel genere vitamina D, así que los autores del estudio valoran si esta vitamina podría ser la razón de tener menos eccema. Sin embargo, los niveles sanguíneos de vitamina D no eran diferentes entre los distintos grupos de niños por lo que los resultados, en este sentido, no fueron concluyentes.

Uñas cortas

Trata de mantener las uñas de tu pequeño siempre cortas. Así, evitarás que se haga heridas cuando se rasque, provocando nuevas infecciones y una mayor inflamación de la piel. Puedes cortar las uñas de tu recién nacido desde el primer día de vida, pero no se las limes, ya que son tan débiles que podrías quebrarlas y lastimar sus deditos.

Dr. Martin Bozzola

Pediatric Allergy & Immunology

mbozzola@gmail.com